En Colombia, la transición significa la oportunidad de reconstruir un país marcado por el conflicto armado que por más de 60 años ha traído el exilio, despojo y marginalidad a más de ocho millones de personas.
El largo conflicto ha afectado principalmente a la población rural, y los campesinos pobres desplazados que actualmente viven en las grandes ciudades, como Cali. Ellos comenzaron a experimentar la pobreza, la estigmatización y el desarraigo desde el momento en que se vieron obligados a abandonar sus territorios.
Desde fines de la década de 1980, el desplazamiento forzado interno se ha exacerbado en Colombia y los gobiernos locales han luchado por contrarrestar los efectos de la llegada masiva de campesinos que buscan comenzar su vida desde cero en las zonas urbanas. Pese a lo anterior, el Acuerdo de Paz firmado en 2016 entre el gobierno y la guerrilla de las FARC no incluyó acciones específicas para las víctimas de la ciudad.
Preguntas sobre género, etnia, clase y, en el caso de Cali, si se ha sido o no víctima del conflicto armado colombiano son claves para entender las comunidades con las que GREAT trabaja. Lo que es y podría ser un futuro urbano equitativo depende de los procesos que han dado forma a las comunidades de lugares como Brisas de las Palmas.
¿De qué manera se debe imaginar el futuro de las áreas donde trabaja GREAT y quiénes deben participar en el proceso?
A menudo, los asentamientos informales, las áreas pobres o los barrios populares son vistos como contrarios de lo que debería ser la ciudad formal. Esto tiene consecuencias sobre lo posible e imaginable, por ejemplo, en relación con la tenencia, ocupación y propiedad de la tierra.
En el contexto de GREAT, pensamos de manera diferente sobre los tipos de imaginarios de las áreas donde trabajamos y ayudamos a comunicar visiones alternativas de los propios residentes sobre temas como el transporte, la movilidad y los residuos cero.